¿Sientes miedo?
25 de Enero de 2024
Por Victor Bedoya.
Claro. Siendo uno solo, hay miedos, ahora cuando hay hijos, los miedos aumentan. Pero lo más importante es que no te sugestiones ni dejes que controlen tus decisiones ni tu vida.
El COVID ha sido un miedo invisible, silente, que avanzó sin freno. Pero sobre todo en tus propios miedos. Al ser un evento sin precedente, sin comparación, no podíamos siquiera sospechar cómo accionar.
Tuviste que depender de mucha información, de diversas fuentes y, bajo tu propio criterio, definir qué hacer o qué camino tomar: el del extremo confinamiento o el de recluirte moderadamente por la necesidad de salir a trabajar o por actividades inamovibles.
Pero en el vaivén del cambio de circunstancias, por la experiencia de nuestros queridos y conocidos, o por las directrices del gobierno, el miedo cotidianamente fue derrotando a la consciencia. Y peor aún, a la fe.
- ¿Tuviste miedo cuando decidiste casarte?
- ¿Sentiste miedo cuando sabías que ibas a ser madre o padre?
- ¿Qué tanto miedo te invadió cuando decidiste separarte o divorciarte?
El miedo de los padres se centra en lo que pueda pasar con los hijos. Fuimos domesticados en una familia y sociedad en dónde hacemos, generalmente, hijos demasiado protegidos y dependientes.
Cuando me divorcié, experimenté la prueba de desapego más grande: desprenderme de mis hijos en el día a día. Pero ellos me hicieron darme cuenta de que son los seres más adaptables que existen. Nosotros nos preocupamos más por ellos que lo que realmente viven; exageramos.
Por supuesto que viven su aprendizaje, cada hijo de forma distinta, pero salen adelante y tienen, casi siempre, mucha mayor fuerza de voluntad y de aceptación que sus papás.
¿Has tratado de ver otra perspectiva?
Seguramente como familias divorciadas, han vivido un proceso complicado de adaptación (los padres) y es posible que hayan involucrado de mala forma a sus hijos.
Como negociar y ajustar las visitas, el tiempo semanal con cada uno, papá y mamá, los gastos.
Yo quiero decirte que lo que puedes darles a tus hijos, que además no cuesta dinero, es PAZ. Ellos se adaptan muy bien siempre que ven a sus papás en paz. Los hijos se vuelven más fuertes cuando ven a ambos, aunque ya no vivan juntos, tranquilos; tanto en sus vidas personales como en su relación de padres divorciados.
A ti, ¿te dan ganas de seguir discutiendo con tu "ex" por trivialidades?
Relájense! y ocúpense por las cosas que de verdad importan.
Alejen el fantasma y la sugestión del miedo con voluntad y actitud, así mismo hoy estamos bien, y ese es el primer mensaje. Todavía no es nuestro tiempo de dejar este mundo, porque tenemos una misión que cumplir para la cual el COVID nos ha preparado. Hemos aprendido a dejar de ser indiferentes, no sigas siendo indiferente a tener paz en tu interior y transmitirla a tus hijos. Ellos, siempre que vean a sus papás en paz, enfrentarán la vida con una entereza distinta, reconociendo que esta vence cualquier miedo.
Los miedos de los Padres
Reflexión
El miedo es el sentimiento que más bloquea la vida. Es la contraparte del amor.
Desde niños, crecemos bajo el yugo del miedo: miedo a perder el cielo, a ir al infierno, miedo a que mueran nuestros padres, nuestra mascota. Los miedos son naturales. Pero también, la sociedad y la familia nos infunden miedos, ¿por qué? A veces porque es la forma que tienen para controlarnos.
Cuando te divorcias, no solo pierdes a tus hijos, a tu pareja. Pierdes confianza en ti mismo. El divorcio, en la mayoría de los casos, es un fracaso, o bueno, es así como lo vemos porque nos formamos con miedos.
Es importante que vivas y madures pronto el proceso de pérdida que implica un divorcio. No solo para recuperar tu autoestima, sino porque, para tus hijos, necesitas recuperar la confianza. Nadie da lo que no tiene, y si tu no crees en ti mismo, eso lo notarán tus hijos, y ellos buscan apoyo, el apoyo de un padre fuerte, sí, pero también un padre estable y seguro. Recuerda que ellos aprenden más de lo que ven y viven contigo, que de lo que puedas decirles.