Fortaleciendo Lazos Sociales y Emocionales para la Convivencia Humana
25 de Enero de 2024
Por Victor Bedoya.
Papás, mamás, ¡Hola!
Recuerden pensar en sus hijos, lo digo en serio. Si la relación que tienen entre ustedes no tiene la voluntad de ceder, está condenada al fracaso.
Ya sea que sigan casados o no.
Todos pedimos que nos comprendan y pedimos que "nos den chance", hoy por ti y mañana por mí; a veces tu y a veces yo, lo más parejo posible.
Si eres tolerante con tu pareja o expareja, ¡muy bien! Siempre y cuando lo hagas convencido y no lo guardes para reclamos futuros.
Pero si no hay reciprocidad en la tolerancia, si es uno o una quien cede siempre o la mayoría de las veces, la otra se acostumbra y quien tolera más a menudo se cansa y lo guarda en su corazón, transformándolo en coraje y reproches.
La lección más importante que yo aprendí de mi matrimonio fue esta, así que, si quieren salir adelante y entregar a sus hijos cada día una alegría y menos dolor, TOLEREN EN RECIPROCIDAD, ahora y siempre.
La Reciprocidad de la mano con la Tolerancia
Reflexión
¡Qué difícil es ceder! Y peor si siempre eres tú quien lo hace.
En cualquier relación, principalmente de pareja, uno de los secretos (y no tan secretos) para convivir en armonía es la tolerancia. Pero si esta no es por ambas partes, el pleito y el rompimiento, son inevitables.
¿Te suena eso de que “soy yo quien siempre aguanta, soy yo quien siempre acepta, siempre hacemos lo que él o ella quiere”?
Grave error, ya que cuando se trata de amor, pero sobre todo cuando vives con alguien, no hay quien pueda mantenerse feliz haciendo siempre lo que el otro quiere. Hay que establecer límites. Cuando le importas a alguien, ese alguien está dispuesto a ceder y a dar en consecuencia; y si no, créeme, no le importas tanto como dice.
A todos nos gusta sentir el cariño recíproco, las muestras de apoyo, por pequeñas que sean. Si no das, estás poco a poco llenando un vaso que se derramará.
Construye una relación en donde los dos cedan, en donde ambos toleren, en donde los dos den, porque si los dos dan, los dos reciben.